En mi opinión, lo que hicimos toda mi clase el martes ocho de Marzo del dos mil once me parerció estupendo porque así sabíamos como era la vida de antes comparada con la de ahora. Esto significa que antes los pobres no tenían ni muy poco para comer y que sólo vivían de los alimentos que el campo les daba como por ejemplo el queso de la vaca, de la oveja o de la cabra, el chorizo del cerdo y muchos otros alimentos más pero que antes también había ricos pero muy pocos y tenían muchas más riquezas y comían mejor. También me pareció estupendo porque hacíamos nosotros saber a las demás personas de nuestro instituto la diferrencia de antes con la de ahora y que no estábamos avergonzados de ir como íbamos porque la ropa era de allí pero de hace unos pocos de años antes. Además, otra razón es que en realidad fue un día normal y corriente lo que pasa que no podíamos llevar mochilas nada más que los libros, las libretas y el estuche que tuviéramos antes y después del recreo y en el recreo comíamos reunidos en el tercer edificio todos juntos, los alumnos vestidos de ricos comiendo pastas y los alumnos vestidos de pobres comiendo comida del campo, algo de pan y un cuchillo para pinchar o cortar la comida y también podían darse los alumnos vestidos de ricos a los de vestidos de pobres comida entre ellos y también con los alumnos del centro. Las clases eran como siempre y se venía un profesor o un adulto cada alumno debía levantarse por respeto y los alumnos no se podían sentar hasta que alguna persona adulta no le dieran permiso también por respeto. Finlmente, me gustaría añadir que fue un día fantástico, que en realidad no me avergonzé de nada y fue un día para recordar la vida de nuestros abuelos.
Hecho por Jorge Barrios Macías
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